Los vínculos entre niños pequeños con hermanos y niños más grandes

En gran medida, los niños pequeños aprenden a interactuar con el mundo que les rodea estableciendo relaciones con las personas más cercanas a ellos. En esta emocionante etapa de crecimiento y descubrimiento, la conexión de un niño pequeño con sus hermanos u otros niños más grandes puede ayudarle a desarrollar su capacidad para gestionar sus emociones y aprender conductas como cooperar, compartir y resolver problemas.

En este artículo veremos cómo favorecer las relaciones de tu hijo pequeño con sus hermanos y otros niños más grandes, con consejos para ayudar a resolver los conflictos que inevitablemente surgirán de vez en cuando.

Los niños pequeños son una esponjita de aptitudes con toda la capacidad de desarrollar habilidades para manejar sus emociones y conflictos; incluso, pueden resolver problemas que les permitan conservar sus relaciones, aún y cuando se peleen con amigos o compañeros¹. Si tu pequeño tiene un hermano mayor, es probable que este sea su primer amigo y con él o ella, adquiere valiosas lecciones sobre las relaciones, como la resolución de conflictos, la expresión de apoyo, el demostrar respeto y la valoración de las diferencias².

Te presentamos algunas ideas para ayudarle a tu pequeño a construir relaciones fuertes y sanas:

1. Valorar el tiempo en familia

La vida es ajetreada, pero dedicar tiempo para estar juntos en familia es muy importante cuando se trata de sentar bases sólidas para las relaciones de tu pequeño. Las horas de comida pueden ser una gran oportunidad para estrechar lazos con tus hijos; la mesa es el lugar de encuentro perfecto para comunicarse, conectar y hablar de los altibajos del día. Compartir en la mesa problemas o situaciones que hayan ocurrido en el día a día de la familia, puede ayudar a los niños pequeños a aprender por ejemplo de los padres, a desenvolverse ante situaciones que puedan dimensionar a su mundo y a descubrir habilidades nuevas para acercarse a otros².

Si tu pequeño tiene el lenguaje necesario para responder una pregunta sencilla como “¿Con quién te gustó más jugar hoy?” pueden intercambiar puntos de vista. Este tipo de interacciones cotidianas pueden ser momentos clave para que tu pequeño aprenda habilidades sociales importantes².

Las actividades justo después de comer también pueden ser una oportunidad perfecta para animar a toda la familia a colaborar. Elige tareas adecuadas para cada edad. Por ejemplo, puedes darle a tu hijo pequeño un trapo para que limpie la mesa; también podrían pensar en qué comprar en el supermercado, dependiendo su edad y dieta. Piensen juntos en lo que necesitan para lo que regularmente les prepara mamá o papá, y así, se sentirán más involucrados a la hora de estar en la mesa. ¡Así, se sentirán orgullosos de terminar una tarea juntos!

2. El momento de una actividad favorita para toda la familia

Los rasgos individuales de carácter de tus hijos, como su temperamento, estado de ánimo y capacidad para adaptarse, junto con sus personalidades únicas, definirá cómo se desenvuelven entre ellos, lo que tiene en común o les disgusta del otro. Sin embargo, las preferencias de cada uno puede ser tema de conflicto, así como la atención personal que sus padres tengan con cada uno³.

Los niños pequeños no siempre entienden el concepto de esperar su turno, compartir o llegar a un acuerdo. Al darle a cada uno de tus hijos la oportunidad de que elija hacer una actividad que le guste hacer con la familia, estás demostrando que puedes satisfacer sus necesidades individuales.  Este enfoque de “turnarse” también ayuda a crear un terreno de juego justo, y hace que los más pequeños de la familia se sientan escuchados y que no se sientan celosos2. Es bueno hacer entender a los hijos que las actividades, tratos, atenciones y decisiones rara vez podrán ser “iguales” o “justas”; a veces, uno de tus hijos necesitará más atención que el otro³.

También se recomienda tener algunos momentos para jugar en familia. Esto ayuda a que los padres puedan encontrar actividades lúdicas en común que les ayuden a reconocer las habilidades y aptitudes que tienen cada uno de sus hijos o pequeños integrantes de la familia. Así, les darás a cada uno la oportunidad de desarrollar sus talentos².

3. Saber cuándo mantenerse al margen y cuándo intervenir

Es completamente normal que a veces los hermanos tengan desacuerdos. A pesar de que en la educación tengamos una buena disciplina y se encuentren en un entorno emocionalmente saludable, los hermanos inevitablemente tendrán peleas y discusiones².

Si observas una discusión de poca importancia, dales a los niños la oportunidad de resolver la situación por sí mismos3. Tener una buena comunicación es muy importante para que, al momento de afrontar conflictos, puedan expresar sus sentimientos con claridad y respeto².

Es muy importante recordar que, cuando los niños discutan, sólo deberás intervenir en caso de que haya peligro de que se lastimen. Si los padres evitan o solucionan estos conflictos, puede propiciar que en el futuro sea más complicado que aprendan a resolverlos por sí mismos. ³

Si parece que tus hijos no están resolviendo su desacuerdo, intenta no separarlos hasta que estén calmados. Si lo haces antes, puedes ocasionar que las emociones crezcan, empeorándolo todo3; mantente neutral: intenta escuchar a cada niño, aunque tengas la certeza de que uno tiene más culpa que el otro. La calma que puedas aportar a la situación te ayudará a demostrarle a tus hijos que, incluso en mitad de un desacuerdo, el conflicto puede resolverse².

No olvides que, a medida que los niños se enfrentan con problemas, también adquieren habilidades cruciales que serán beneficiosas a lo largo de su vida, como apreciar las perspectivas de los demás, comprometerse y negociar, y manejar sus impulsos agresivos. Establece reglas claras de conducta, involucra a los niños en la discusión de las normas y las consecuencias de su ruptura, promoviendo la responsabilidad personal y evitando centrarse en quién tiene la razón. ³

4. Establecer normas sencillas para evitar conflictos entre hermanos

Definir las reglas de la casa contribuye a la armonía entre todos los integrantes de la familia3. Las normas familiares son clave para que los niños comprendan qué comportamientos son apropiados4. Desde el principio, es necesario recordarles a los niños pequeños reglas simples, como compartir y evitar las peleas. Conforme tus hijos van creciendo, puedes disminuir tu intervención, pero es fundamental mantener claras las reglas de la familia en todo momento². ¿Qué puedes hacer para establecer y garantizar que tus hijos las cumplan?⁴

    • Dialoguen para definir y acordar las reglas familiares más convenientes.
    • Que los demás adultos de la casa estén al tanto de lo que está permitido y qué no, tanto para ellos como para los más pequeños.
    • Repetir las reglas y colocarlas a la vista de todos son buenas maneras para que los niños no las olviden.
    • El número de reglas que decidas implementar variará según la capacidad de tu hijo para comprenderlas y retenerlas.
    • Es recomendable que las reglas de la casa incluyan horarios.

5. Dedicarle a tu hijo tiempo a solas con regularidad

La vida familiar puede ser caótica y ajetreada, pero tener tiempo a solas contigo es vital para tu pequeño. No hace falta que planees algo costoso o que te lleve mucho tiempo. Puede ser tan sencillo como leerle un cuento antes de dormir o jugar juntos su juego favorito2.
Los niños pequeños –especialmente los que tienen hermanos– suelen pasar la mayor parte del día interactuando con otras personas, mientras que tú, como mamá o papá, divides tu tiempo entre el trabajo, las tareas y los niños. Teniendo esto en cuenta, tu pequeño apreciará mucho pasar tiempo de calidad contigo².

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